Con el permiso de La piel que habito, la nueva película de Juan Carlos Fresnadillo, puede convertirse en el título español de la segunda mitad del año. El filme cuenta con un presupuesto de 10 millones de euros, se rodó en diferentes localizaciones de Madrid y Londres. Según Juan Carlos Fresnadillo, el 70 por ciento del filme transcurre en interiores todos ellos recreados en estudio en Madrid, con el fín de adoptar a la producción un estilo visual propio. " El orígen de la historia está en mi infancia, en las historias fantasmales que contaba mi madre. Intruders es una inquietante película donde la realidad y la imaginación se confunden y se solapan. Juan y Mia, dos niños que viven en diferentes países reciben cada noche la visita de un intruso sin rostro, un ser aterrador que quiere apoderarse de éllos. Las presencias se van haciendo más poderosas y comienzan a dominar sus vidas y las de sus familias. La inquietud y la tensión crecen cuando sus padres también son testigos de las aparaciones.
El miedo esa emoción, antigua como el mundo, básica y fuerte. Recorre el film como una ola en un agitado óceano. Hay momentos de la película, en el que el espectador se sentirá conectado a una tensión de 120voltios. Plano a plano, Fresnadillo consigue introducir al espectador en la historia de las dos familias que juntas entrelazan un destino compartido. El largometraje ahonda en el profundo abismo de la imaginación humana así como su correlación con la realidad. Sencillamente, hay veces que tus peores pesadillas pueden hacerse realidad. Eso muestra Intruders el devastador poder de la mente cuando materializa nuestros miedos y ya no somos capaces de escapar de éllos. El reparto es excelente, en especial la jóven protagonista, Carice Van Houten, que intimida más con su semblante de pánico que la aparición de los inquietantes seres que surgen de su armario. No apta para cardiácos.
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