miércoles, 26 de octubre de 2011

Kim-Ki-Duk, director del mes

El séptimo arte tiene en Kim Ki-Duk a uno de sus directores más poéticos, simbólicos y creativos. Amén de inovadores y transgresores. El cineasta surcoreanos maneja un lenguaje extravagante en sus filmes. Un fuerte impacto visual combinado con diálogos pausados y lentos crean escenas donde la tensión narrativa se abre paso como las fallas de un terremoto. Proclive a los personajes extremos que caminan sobre el filo de la navaja, Kim Ki Duk es un artista autodidacta que se situa en la vanguardia cinematográfica de Corea del Sur. Otoño,invierno, primavera, verano... Y otra vez primavera fue el trampolín a la fama para este controvertido cineasta. El filme transcurre en la soledad de un lago, en el que un monje budista guiará a un joven discípulo a través de las etapas de la vida. Llevándole del odio al amor, de la ignoracia al conocimiento, de la oscuridad a la luz. Con el budismo como telón de fondo, la historia se adentra en el laberinto de emociones y pasiones del ser humano: felicidad, muerte y amor, se encarnan en la historia del alumno el cual dejará el monasterio para escaparse con una mujer. Esa expresión del amor como fuerza motriz de la vida es un clásico en el cine de Kim Ki- Duk, en historias como La isla, que narra el amor destructivo entre un fugado de la ley  y una prostitua serial killer, o Time, que narra la relación de una pareja adicta a la cirugia plástica ( no se reconocen el uno al otro y pasan toda la pelicula enamorandose de nuevo).



Si el amor es un pilar  relevante en las peliculas de Kim Ki-Duk, la violencia es otro. Presentada de una manera cruel, perturbadora y muchas veces sádica, la violencia está siempre ligada al amor como su reverso, su antagonista. El  otro tema recurrente en las historias de Kim Ki-Duk es la prostitución, el director siempre desde una aborda la vida de los personajes que estan  fuera del sistema y con especial predilección por las trabajadoras del sexo, como en Samaritan Girl donde analiza y denuncia los gustos sexuales de la población coreana.

Hierro 3 es otro de los clásicos imperecederos donde los haya de Duk, película en la que apenas dicen dos palabras ( lo normal en las películas del coreano), cuenta las vivencias de un extraño personaje que tan solo se dedica a vivir en casas ajenas cuando sus dueños no están presentes y a jugar al golf hasta que en una de sus incursiones encuentra a una bella mujer de la cual se enamora y protege ante los maltratos de su marido. En todas sus películas hay un grito ensordecedor contra los males de la sociedad asiática, los roles de pareja, el machismo imperante en esta sociedad y la violencia gratuita son plasmado en una pintura viva ya que toda la fuerza narrativa cae en las imagenes. El cine de Kim Ki- Duk tiene mucho de arte : experimentación, fusión e inspiración que buscan hacer sentir un montón de emociones en el espectador a través de la minima experimentación, como si de un haiku se tratara.

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