miércoles, 18 de enero de 2012

Crítica de Kill Bill


Desde que comenzamos a escribir este blog, siempre he querido hacer una crítica a Kill Bill. Una de mis películas favoritas, si no la que más. 

Es difícil valorar una película como ésta. Desde el punto de vista del espectador, creo que no hay término medio. O bien la odias, o bien eres un fan incondicional. Yo, como os podéis imaginar, me sitúo más en la segunda opción.

Mucha gente me ha preguntado: "Cómo te gusta tanto Tarantino? Es demasiado exagerado y poco real". Precisamente, creo que ahí radica uno de los principales errores. La saga de Kill Bill no puede tomarse de una manera "seria". La película no busca ni pretende en ningún momento ser realista. Probablemente, todo lo contrario. Kill Bill es un homenaje en toda regla al cine de las artes marciales, con muchísimas referencias a clásicos del género que los más apasionados podrán evidenciar.

La película viste una estética de cómic que le sienta a la perfección. La historia se divide en capítulos, y hasta uno de ellos, el que cuenta la historia del personaje de O-Ren Ishii interpretado por Lucy Liu, es de animación (brillante por cierto). El argumento gira en torno a la venganza de La Novia (Uma Thurman), que en el día de su boda, embarazada, recibe un disparo en la cabeza del líder de un equipo de asesinos del cuál formaba parte. La masacre se desata cuando el escuadrón asalta la capilla acabando con todos los invitados, y el novio claro está. Tras cuatro años en coma, La Novia (el nombre real de la protagonista no se revela hasta la segunda película) despierta y comienza su marcha para acabar con cada uno de los individuos que participaron en la matanza.

Los actores juegan un papel increíble, consiguiendo dotar a cada uno de los personajes de un carisma único y especial. Uma Thurman, que hasta tuvo que aprender japonés para algunas de las escenas, muestra un dominio de la katana que hace parecer que lo que estamos viendo en pantalla no es una coreografía, si no algo natural. Por otro lado también hay que destacar a David Carradine en el papel de Bill, el líder del escuadrón, o Daryl Hannah que interpreta a Elle Driver.

La fotografía, la escenografía y la puesta en escena es espectacular, como en todas las películas de Tarantino. Cada uno de los planos es una auténtica maravilla. En este aspecto, el director estadounidense deja evidente porque es uno de los grandes genios del cine contemporáneo. En la película hay secuencias en blanco y negro y escenas en las que Tarantino juega con las sombras de los personajes sobre un fondo de color que son una delicia para los ojos. Incluso hay una escena en la que durante varios minutos no veremos nada, poniendo a prueba la sensación de claustrofobia del espectador (los que ya la hayáis visto ya sabréis de que hablo). Los enfrentamientos son también brutales, y en todos los sentidos. Preparaos para ver chorros y chorros de sangre, especialmente en el duelo contra los 88 maníacos de la primera parte. Pero esta violencia desmesurada no resulta en algo desagradable, sino todo lo contrario: es uno de los atractivos de la película para aquellos que saben entender su más pura esencia. Finalmente, los decorados y los escenarios impresionan. 

Luego está la banda sonora, en la que, una vez más, Tarantino demuestra su buen gusto y su buen hacer. Para mí, es una de las mejores de la historia. Así que poco más voy a añadir en este aspecto. Lo único que puedo decir es que solo de pensar en ella, se me ponen los pelos de punta. 

En definitiva, Kill Bill no es seguramente una película para todos los públicos. Pero de todas formas, yo creo que todo el mundo debería dejar los prejuicios a un lado y ver la película como lo que es y no como una película que busca ser realista. Guste o no, Kill Bill se ha convertido en una auténtica obra maestra y una película de culto. Aunque tiene un final perfecto, uno no puede evitar la tentación que le produce pensar en esa tercera parte de la que tanto tiempo se lleva hablando y de la que el propio Tarantino dijo, cuando acabó de grabar la segunda parte, que acabaría saliendo pasados los años. En principio se habla del 2014. Así que todavía queda esperar un poco. Esperemos en cualquier caso que no se produzca ningún retraso y que finalmente acabe saliendo. Los fans necesitamos más acción.


3 comentarios:

  1. Me parece que la magia de Tarantino (para quienes lo admiramos) consiste en transportarnos a su mundo y entonces ahí, normalizamos las situaciones de sus películas. Cuando estás ahí, no te resulta extraño que de un brazo salgan 25 litros de sangre, en ese mundo, así pasa.

    Enhorabuena por el blog.

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    1. Totalmente de acuerdo con lo que dices Bubu Romo. Y eso es precisamente lo que hace tan grande a Tarantino: su grandísima personalidad y estilo propio como cineasta.
      Muchas gracias por comentar!

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  2. Una película con mucho de cinefilia, con muchísimos referentes a la cultura pop y llena de homenajes. Su tramo animado es glorioso. No es de las mejores de Tarantino, pero es un díptico muy notable.

    Como dices, se deberían dejar los prejuicios y que todo el mundo la viera.

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