jueves, 10 de noviembre de 2011

Especial chupadores de sangre !!

Desde la noche de los tiempos, el ser humano ha sabido que no estaba sólo en este planeta. A través de mitos y leyendas las figuras del vampiro, el licántropo, el cambiador de formas, y demás criaturas, han pervivido en el imaginario popular. El cine como forma de expresión artística ha indagado en lo "sobrehumano" muchas veces desde el temor y el miedo otras desde la intriga o la comédia.
                
Y, desde luego el icono y líder de los chupadores de sangre es el siempre retratado conde Dracula, extraído de una novela de Bram Stocker.  En 1922 aparece   Nosferatu, eine simphone des grauens, una adaptación no autorizada de la novela, en la que los personajes cambiaban de nombre. El conde Drácula pasó a ser el Conde Orlok. Se presenta una visión de terrorífica de los ladrones de sangre: feos, con garras, afiladas y largas orejas.  El Vampiro se irá adptando a los nuevos tiempos.


 Dracula: personaje seductor y de colmillo fácil

En 1931, aparece la mítica Drácula de Tod Browning, protagonizada por Bela Lugosi, quien llegaría a convertirse en un icono siempre relacionado con el conde Drácula. En esta reedición del clásico, los vampiros aparecen como seres artistócraticos y seductores con poderes paranormales, siempre con la intención de echar un buen muerdo de sangre fresca ( especialmente de una mujer bonita). Este Dracula se presenta como un ser irresistible, lleno de magia, que podía encantar a una mujer con su hipnótica mirada. Eso sí, élla solía acabar más seca que la mojama. Con el inicio de la década de los cuarenta el papel del oscuro seductor y ladrón de plasma, fue cayendo en el ólvido. Hasta extinguirse del panorama cinematográfico.

Para volver a sacar al conde de su ataud, apareción  Horror of Drácula (1958). En esta historia muy alejada del libro de Stoker, Chistropher Lee encarna esta vez al conde aportando ese toque aristocrático y seductor. Por primera vez se muestra sin tapujos el contacto adictivo de las víctimas con el vampiro, que produce un placer parecido al orgasmo. Horror of Drácula introdujo importante modificaciones en el universo vampirico. A partir de aquí, la figura del inmortal vampiro, pasa a encontrar su antagonista en la religión cristiana ( el mítico crucifijo). El cine estaba madurando en lo referente a libertad de expresión, así que aparecieron elementos eróticos que ayudaron a conformar la visión histórica del Drácula mujeriego y de colmillo fácil que todos conocemos.


El personaje de ultratumba llegó a su cenit. Con la película  Drácula de Bram Stoker de Francis Ford Coppola. El filme intenta ser fiel a la novel de Bram Stocker, pero introduce algunas novedades en la trama. En esta versión, Dracula se enamora y persigue, a la que el considera la encarnación de amada, Mina, la prometida de un abogado con el cual mantiene una relación comercial. Con escenas de gran impacto visual, una cuidad escenografía y la siempre mágica dirección de Coppola, esta nueva versión es una de las mejores películes de la historia del cine. En el reparto Keanu Reeves, en el papel de enamorado y antagonista del vampiro, Gary Oldman está soberbio como Conde Drácula, y Anthony Hopkins está decente como profesor Van Helsing. Pero, la palma se la lleva Wynona Rider en el papel de amante de el Conde.



En nuestros días los ladrones de sangre se han convertido en productos para las masas desde el estreno de la saga Crepúsculo. La películas basadas en la novelas románticas de Stephenie Meyer, Luna nueva, Eclipse y Amanecer narran los amorios entre adolescentes vampiros, humanos y licántropos. Todo un triangulo amoroso. En estas revisiones, la figura del vampiro aparece mucho más humanizada: algunos son simpáticos y bondadosos, otros malignos y viciosos, todos un poco sensibles al líquido rojo.





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